Hace unos años escuché de un maestro que me enseñó gran parte de lo que sé: “Hacer el bien, es el mejor negocio de la vida”.
Cuando el tiempo fue pasando, fui descubriendo que era cierto y que no bastaba con comprender, no herir, esperar, tolerar, sin el total convencimiento del alma.
Debe ser una filosofía de vida, debe ser parte nuestra y fluir libre y espontáneamente.
Es mi intención ejercitarlo permanentemente y les aseguro que los resultados son maravillosos.
Les cuento.
Estaba de paseo por Mar del Plata y salí a caminar por una calle muy concurrida, con mi cartera colgada del hombro y manijas aferradas a mi mano. El cierre, cerrado.
Me quise mimar y regalarme un té en una confitería. Antes de entrar me fijo si tenía dinero (para no pasar papelones, vió ?) y la billetera no estaba.
Dije, uy ! La olvidé.
A la hora de esta situación, estaba llamando a mi familia un señor (Agustín) que decía tener parte de la documentación a mi nombre. Oh sorpresa ! Al día siguiente me estaba entregando lo que había encontrado.
A las 48 hs, una Sra de Capital Federal (Danila) que esa misma noche estaba paseando por la misma zona que lo hice yo, llamó diciendo que tenía la billetera con casi todo el resto de la documentación y me avisaba rápido para que no hiciera los trámites de renovación.
Danila me envió por correo privado un sobre que abonó ella y no quiso ni siquiera el importe del franqueo. Me dijo por TE, no se preocupe alguien lo hará por mí cuando yo le necesite.
Es cierto, me pasó a mí.
Y les cuento sólo esto, porque parece increíble, pero me ocurre muy seguido vivir situaciones que parecen mágicas. En realidad, los hacedores de milagros somos cada uno de nosotros con el accionar.
A Danila y Agustín, miles de bendiciones para ellos. Aunque no lo lean, la energía igual les va a llegar.
PD: me abrieron apenas el cierre de la cartera, sacaron la billetera y yo no me enteré.
si !!!!!!!!!!!!!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario