sábado, 22 de septiembre de 2018

Cardiopatías por faringitis no diagnosticada, un cuadro que mata millones en África

 Un dolor de garganta que puede convertirse en algo mortal. 

Florence  no está embarazada. Su corazón está fallando. Bombea tan mal, que la sangre se acumula en sus venas, inflamando su hígado y bazo y llenando su abdomen de líquido. Tiene apenas 18 años.
 En las partes más pobres de África, Asia y otras regiones, esta devastadora cardiopatía empezó de manera engañosa. Durante la infancia, contrajeron faringitis estreptocócica, infección causada por la bacteria estreptococo.
Pero en los países pobres, la faringitis estreptocócica no llega a ser diagnosticada y puede convertirse en una larga y lenta sentencia de muerte. Si no es tratada, puede provocar fiebre reumática y cardiopatía reumática, en la que el sistema inmune ataca las válvulas del corazón —intrincadas tapas de tejido que deben abrir y cerrar 100 mil veces al día para que el corazón funcione.
Cuando las válvulas se deterioran, el corazón batalla y poco a poco se desgasta. Los pacientes se vuelven débiles, sin aliento y no pueden ir a la escuela o al trabajo. Muchos mueren antes de cumplir los 30 años. Las mujeres con la enfermedad que quedan embarazadas pueden sufrir complicaciones graves y en ocasiones fatales.
Florence y su madre consultaron con médicos de un grupo humanitario, Team Heart, que llega desde Estados Unidos y Canadá una vez al año para realizar cirugías de reemplazo de válvulas.Unas 100 personas se presentaron para ser seleccionadas para la operación de vida o muerte. El equipo podía operar sólo a 16.
Acostada en la mesa de exámen, Florence lucía increíblemente frágil, con sus brazos delgados como palos de escoba. Había bajado a 35 kilos de peso.
Tiene una notable enfermedad en dos válvulas”, dijo finalmente Come. “Pero la mortalidad en la cirugía probablemente es demasiado alta. La mejor opción es terapia médica”.
La salud de Florence sigue empeorando.
Si la fiebre reumática se detecta a tiempo, el tratamiento a largo plazo con penicilina puede evitar el daño en las válvulas.“Desafortunadamente, el punto de entrada es la insuficiencia cardíaca”, dijo Joseph Mucumbitsi, cardiólogo pediatra en el Hospital Rey Faisal, en Kigali, y consultorTeam Heart. “Tenemos muchos pacientes de cardiopatía reumática menores de 17 años. Tenemos algunos de apenas 5 años”.
Resultado de imagen para cirugias de niños africanosLa Federación Mundial del Corazón, que trabaja con la Organización Mundial de la Salud, llama a la fiebre reumática y al daño al corazón que causa “enfermedades descuidadas de comunidades marginadas”. La pobreza, las condiciones de vida en hacinamiento y la falta de atención médica crean un caldo de cultivo para la faringitis estreptocócica.
Si la fiebre reumática se detecta a tiempo, el tratamiento a largo plazo con penicilina puede evitar el daño en las válvulas y los exudados faríngeos no están ampliamente disponibles.
Algunos médicos están a favor de saltarse las pruebas y simplemente recetar inyecciones de penicilina a todos los niños con dolor de garganta. A otros les preocupa que eso daría por resultado resistencia a los antibióticos y alergias a la penicilina.
Ruanda cuenta con sólo cinco cardiólogos para una población de 12 millones de habitantes, y ningún cirujano del corazón ni hospitales equipados para realizar cirugías cardíacas.Team Heart ha estado viajando a Ruanda desde 2008. El grupo fue fundado por Cecilia Patton-Bolman ,  una enfermera de cuidados intensivos que había visto una
sala llena de adolescentes muriendo de cardiopatía reumática cuando visitó el país en 2006  y su esposo, R. Morton Bolman III, que era director de cirugías del corazón en el Brigham and Women’s Hospital, en Boston. Una vez al año, entre 40 y 60 voluntarios vuelan a Kigali: cirujanos cardíacos, cardiólogos, enfermeras, anestesiólogos, expertos en ultrasonido cardíaco, técnicos biomédicos, farmacéuticos y perfusionistas que manejan la máquina de bypass cardiopulmonar que mantiene vivos a los pacientes durante la cirugía.
Los Bolman dijeron que siempre fue su intención no sólo hacer una visita una vez al año, sino también capacitar a médicos y enfermeras ruandeses, y con el tiempo construir un hospital de cardiología.
Sin embargo, en meses recientes, los Bolman han refrenado sus ambiciones. En lugar de construir un nuevo hospital, ahora esperan crear un centro de cardiología en el Hospital Rey Faisal.
El centro podría realizar todo tipo de cirugías de corazón, no sólo reemplazo de válvulas, en unos 100 adultos y entre 30 y 50 niños al año, afirmó Bolman.
“Estamos haciendo recortes, pero no nos damos por vencidos”, aseguró Bolman.


                                                  Fuente Clarin, síntesis del articulo.









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