Cardiopatías por faringitis no diagnosticada, un cuadro que mata millones en África
Un dolor de garganta que puede convertirse en algo mortal.
Florence no está
embarazada. Su corazón está fallando. Bombea tan mal, que la sangre se acumula
en sus venas, inflamando su hígado y bazo y llenando su abdomen de líquido.
Tiene apenas 18 años.
En las partes más pobres de África, Asia y otras
regiones, esta devastadora cardiopatía empezó de manera engañosa. Durante la
infancia, contrajeron faringitis estreptocócica, infección causada por la
bacteria estreptococo.
Pero en los países pobres, la faringitis estreptocócica no llega
a ser diagnosticada y puede convertirse en una larga y lenta sentencia de
muerte. Si no es tratada, puede provocar fiebre reumática y cardiopatía
reumática, en la que el sistema inmune ataca las válvulas del corazón
—intrincadas tapas de tejido que deben abrir y cerrar 100 mil veces al día para
que el corazón funcione.
Cuando
las válvulas se deterioran, el corazón batalla y poco a poco se desgasta. Los
pacientes se vuelven débiles, sin aliento y no pueden ir a la escuela o al
trabajo. Muchos mueren antes de cumplir los 30 años. Las mujeres con la
enfermedad que quedan embarazadas pueden sufrir complicaciones graves y en
ocasiones fatales.
Florence y su madre consultaron con médicos de un grupo
humanitario, Team Heart, que llega desde Estados Unidos y Canadá una vez al año
para realizar cirugías de reemplazo de válvulas.Unas 100 personas se
presentaron para ser seleccionadas para la operación de vida o muerte. El
equipo podía operar sólo a 16.
Acostada en la mesa de exámen, Florence lucía increíblemente
frágil, con sus brazos delgados como palos de escoba. Había bajado a 35 kilos
de peso.
Tiene una notable enfermedad en dos válvulas”,
dijo finalmente Come. “Pero la mortalidad en la cirugía probablemente es
demasiado alta. La mejor opción es terapia médica”.
La salud de Florence sigue empeorando.
Si la fiebre reumática se detecta a tiempo, el tratamiento a
largo plazo con penicilina puede evitar el daño en las válvulas.“Desafortunadamente,
el punto de entrada es la insuficiencia cardíaca”, dijo Joseph Mucumbitsi,
cardiólogo pediatra en el Hospital Rey Faisal, en Kigali, y consultorTeam
Heart. “Tenemos muchos pacientes de cardiopatía reumática menores de 17 años.
Tenemos algunos de apenas 5 años”.
La Federación Mundial del Corazón, que trabaja con la
Organización Mundial de la Salud, llama a la fiebre reumática y al daño al
corazón que causa “enfermedades descuidadas de comunidades marginadas”. La
pobreza, las condiciones de vida en hacinamiento y la falta de atención médica
crean un caldo de cultivo para la faringitis estreptocócica.
Si la fiebre reumática se detecta a tiempo, el tratamiento a
largo plazo con penicilina puede evitar el daño en las válvulas y los exudados
faríngeos no están ampliamente disponibles.
Algunos médicos están a favor de saltarse las pruebas y
simplemente recetar inyecciones de penicilina a todos los niños con dolor de
garganta. A otros les preocupa que eso daría por resultado resistencia a los
antibióticos y alergias a la penicilina.
Ruanda cuenta con sólo cinco cardiólogos para una población de
12 millones de habitantes, y ningún cirujano del corazón ni hospitales
equipados para realizar cirugías cardíacas.Team Heart ha estado viajando a
Ruanda desde 2008. El grupo fue fundado por Cecilia Patton-Bolman , una enfermera de cuidados intensivos que
había visto una
sala llena de adolescentes muriendo de cardiopatía reumática
cuando visitó el país en 2006 y su esposo, R. Morton Bolman III, que era director de
cirugías del corazón en el Brigham and Women’s Hospital, en Boston. Una
vez al año, entre 40 y 60 voluntarios vuelan a Kigali: cirujanos cardíacos,
cardiólogos, enfermeras, anestesiólogos, expertos en ultrasonido cardíaco,
técnicos biomédicos, farmacéuticos y perfusionistas que manejan la máquina de
bypass cardiopulmonar que mantiene vivos a los pacientes durante la cirugía.
Los Bolman dijeron que siempre fue su intención no sólo hacer
una visita una vez al año, sino también capacitar a médicos y enfermeras
ruandeses, y con el tiempo construir un hospital de cardiología.
Sin
embargo, en meses recientes, los Bolman han refrenado sus ambiciones. En lugar
de construir un nuevo hospital, ahora esperan crear un centro de cardiología en
el Hospital Rey Faisal.
El
centro podría realizar todo tipo de cirugías de corazón, no sólo reemplazo de
válvulas, en unos 100 adultos y entre 30 y 50 niños al año, afirmó Bolman.
“Estamos
haciendo recortes, pero no nos damos por vencidos”, aseguró Bolman.
Fuente Clarin, síntesis del articulo.